Por: Alfredo Seoane Flores (Director CIDES UMSA)
La presente situación de resistencia frente a la amenaza a la vida que representa la pandemia mundial del COVID 19 y la certeza de que se viene una futura crisis generalizada (económica y social), no pudo ser imaginada por los hacedores de políticas públicas. Salvo ciertos personajes visionarios que prevenían a viva voz del peligro del muy probable surgimiento de una pandemia, esto no supuso en la mayor parte de los países medidas preventivas, sorprendiendo a una sociedad contemporánea que se sentía invulnerable y cómoda porque una revolución tecnológica en curso resolvería cualquier amenaza.
En nuestro país no solo predominaba esa idea de invulnerabilidad, sino que se mezquinaron recursos para que la salud pública tenga un nivel mínimamente eficiente y sea realmente un bien público accesible. Hoy nos afecta directamente la precariedad institucional extrema en la que vivimos y particularmente en el sector salud -que nos es tan necesario ahora-, por la insuficiente asignación presupuestaria y la falta de visión de bien público en su manejo. Esto sucedió en el marco de la mayor bonanza de nuestra historia, pero con un gasto dispendioso en una modernización de maquillaje, con una millonaria promoción política del caudillo durante 14 años y los llamados elefantes blancos, además de la generalizada corrupción.
La gruesa cantidad de recursos que tuvo en su poder para la inversión pública el anterior gobierno, no se invirtió con eficiencia y eficacia, bajo todo punto de vista. Hoy es difícil suponer realistamente una economía capaz de resistir un derrumbe como el que se viene.
Esto nos deja como una sociedad impotente frente a la desgracia, muy desigual y carenciada. El futuro se presenta con enorme incertidumbre porque además de la precariedad mencionada, tenemos que sobreponer la trunca solución democrática del ejercicio de la titularidad del poder.
El impacto de lo que viene pasando es grande y amenaza a nuestra forma de vivir y de enfocar nuestra convivencia. Nada podrá ser igual en el futuro y sobre todo la forma de encarar el desarrollo y el bienestar social. El mundo y nuestra sociedad tienen que cambiar necesariamente o pueden perecer. En ese sentido habría que entender a la crisis como una oportunidad.
Surge por ello la necesidad de reflexionar y presentar posiciones y alternativas a nuestra sociedad. En el CIDES UMSA, hemos trabajado en investigación y formación en ciencias sociales, bajo un enfoque multidisciplinario, una agenda de desarrollo y formación mediante líneas de investigación con visión crítica del patrón socio económico vigente. El conocimiento sobre la problemática del desarrollo y las predicciones estaban lejos de anticipar esta grave crisis, sin embargo, muchas de las reflexiones incidían en temas que hoy cobran mayor relevancia y urgencia, dado el colapso de las certezas que la crisis mundial implica particularmente para Bolivia. Hay pues la necesidad de repensar muchas cosas en el país y en especial el modelo de economía, el modelo de estado y el modelo de sociedad.
Así consideramos de especial relevancia varias líneas de investigación y formación que hemos venido trabajando, por ejemplo, la visión ácidamente crítica del modelo de crecimiento extractivista y rentista desde diversas perspectivas -como lo muestran las publicaciones del CIDES-, con la presentación de alternativas de política pública. Otro ejemplo, es nuestro acercamiento precursor y sostenido a la economía de cuidado y la valoración de ese importante trabajo que es infravalorado y considerado como indigno, por lo que no recibe la remuneración justa. Hoy cobra relevancia, trascendencia e importancia nuestra propuesta lanzada en 2010 de que el estado debía ampliar las facilidades para apuntalar y apoyar las labores del cuidado centradas casi en su totalidad sobre la mujer.
También para la señalada necesidad de impulsar la salida del extractivismo propusimos recuperar la agenda de la transformación productiva, el fortalecimiento de la sociedad del aprendizaje y que el mundo del trabajo se dignifique mediante la productividad en alza y el aprovechamiento del “bono demográfico”. A esto propusimos se logre un nuevo perfil de especialización con el desarrollo de nuevas ventajas comparativas y el aumento de la productividad, basadas en el aprovechamiento sostenible de la biodiversidad y la naturaleza.
En nuestra actividad de formación e investigación multidisciplinaria las orientaciones sobre las dinámicas locales y las transformaciones territoriales y del medio ambiente han sido fundacionales en el país, impulsando un nuevo enfoque preocupado por las interfaces entre lo urbano y lo rural y la necesaria preocupación sobre el medio ambiente y la seguridad alimentaria entendida como elemento clave de la sobrevivencia.
También en el área rural, hemos incidido desde hace tiempo en que se debe buscar abandonar los cultivos extensivos y enfocados al mercado de exportación de comódities debido a que provoca depredación de los ambientes naturales y los micronutrientes de la tierra, siendo necesario un modelo de desarrollo rural que permita aprovechar el ambiente natural y orgánico, tan rico en nuestro medio, así como recuperar los conocimientos locales sobre el manejo de los ecosistemas.
En el área política, valoramos la democracia y la inclusión, siempre presente en nuestras reflexiones. Recuperamos el pensamiento de las grandes figuras de la política, estudiamos los sistemas electorales, buscando proponer mecanismo para su perfeccionamiento y también la dinámica política de los diferentes actores de la sociedad. Los estudios críticos del desarrollo y la teoría crítica, son fortalezas que hemos logrado en cuanto a la formación y la investigación.
Sin pretender abundar más en las actividades que han caracterizado a CIDES-UMSA y solo transmitir el mensaje de que lo que hemos hecho tiene contenidos interesantes, necesarios, pero no suficientes para atender la agenda de investigación y formación que se avizora, interesa mostrar a la colectividad que en esa agenda de trabajo hay los gérmenes para un nuevo posicionamiento en la dinámica del conocimiento ligado a la transformación de la sociedad. Ampliando esa agenda y convirtiéndola sobre todo en propuestas y replanteamiento del proyecto socio-estatal de Bolivia, es que pensamos deberíamos encarar para poder sobrevivir e impulsar nuestro destino como pueblo en un mundo muy cambiado.
En efecto, hoy es necesario, para la sociedad y la economía de Bolivia un nuevo enfoque. La salida de la crisis solo será posible a través de verdaderas transformaciones, adoptando una visión incluyente, asentada en el respecto a la naturaleza, la consideración de los derechos de género y los derechos humanos en general, los equilibrios urbano-rurales y los equilibrios en nuestras relaciones externas que promuevan un proyecto de país y de sociedad equitativo y sostenible.
Nuestro compromiso debe consistir en llevar adelante una agenda de investigaciones y de formación más incisivo en las líneas de la economía sostenible y equitativa, así como el desarrollo social que nos lleve a una sociedad del aprendizaje y el conocimiento, que de oportunidades de empleo digno a sus habitantes y que logre una nueva especialización para el intercambio internacional con características adecuadas a la preservación de la biodiversidad y las bondades de la naturaleza. Esa es la agenda que nos preocupa con las líneas delineadas en el pasado reciente, pero con propuestas más acotadas y concretadas en recomendaciones de políticas públicas actuales.
Pensamos que una reflexión sistemática sobre nuestra realidad emergente, que derive en recomendaciones de política pública bajo la visión mencionada antes, es de importancia vital. En esa labor el CIDES ha de priorizar su accionar mediante la investigación y la formación abocada a la investigación estratégica. Nos interesa dar lineamientos para enriquecer el debate de la nueva sociedad que queremos y debemos construir. Por eso a la formación le daremos una orientación sesgada hacia el conocimiento de la realidad y la derivada elaboración de propuestas a ser implementadas para llevar adelante el bien común, a esto le llamamos una formación para la investigación estratégica. Para este propósito debemos utilizar de manera más profunda y proactiva las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Dotar a nuestra sociedad de una visión adecuada para transformar la realidad y atender los desafíos del presente, ha de ser la misión que nos damos en la universidad pública, a partir de su unidad de postgrado multidisciplinaria en ciencias sociales, como es el CIDES-UMSA. Desde hace años que venimos trabajando por una agenda de desarrollo inclusivo y respetuosa de la diversidad y la pluralidad, y es ahora cuando el desafío se hace más grande y nuestra voluntad no debe quedar en pocas pretensiones y menos dejar de lado ese desafío.
Alfredo Seoane es economista, doctor en Ciencias del desarrollo. Actualmente es director y docente investigador del CIDES-UMSA.